Es importante que desde pequeños seamos educados en muchas
áreas distintas de nuestra vida: la eduación escolar, cultural, histórica,
nutricional... y, también, una educación deportiva.
Los
padres deben acompañar a sus hijos e iniciarlos en los diferentes deportes y
actividades deportivas, pues esto podrá fortalecerlos física y
psicológicamente.
Sobre
este tema hemos hablado con el monitor de gimnasio y actividades deportivas
José Antonio Liza.
Según nos
cuenta, el deporte es de suma importancia para nuestros hijos; en primer lugar,
a nivel psicológico, el deporte les ayudará a enfrentarse a la competición, a
plantearse diferentes metas, los hará más fuerte y les ayudará en algo tan
importante como saber trabajar en equipo y comunicarse con sus compañeros.
A su vez, a
el nivel físico, se trata de una cuestión de educación de la salud. El deporte
prevendrá contraer todo tipo de enfermedades, pues la salud de nuestro hijo y
su condición física será mucho mejor, o a combatir algunas, que cada vez son
más frecuentes en los más pequeños, como la obesidad mórbida.
Ante esto,
una de las cuestiones que como padres se nos puede plantear es cuál de las
actividades físicas o deportivas son mejores para nuestros hijos.
Lo más
importante, en primer lugar, es que el niño se divierta, que relacione el
deporte con ocio y diversión y, así, asistirá con asiduidad y regocijo a esta
actividad. Generalmente, los deportes de equipo se acercan más a esta
característica. Fútbol, baloncesto, hockey o voleibol son algunos de los
deportes de equipo preferidos por los más pequeños. La relación que se crea en
el terreno de juego entre compañeros es ideal para que el niño aumente su
empatía y sus relaciones sociales. La
competitividad y compenetración de cada entrenamiento o partido hará a
tu hijo saber comunicarse, comprender y relacionarse con los demás.
En general,
el deporte individual no fomenta este tipo de destrezas. Si el niño practica
ciclismo o atletismo se sentirá más solitario y no se enfentrará al
entrenamiento deportivo con la misma satisfacción, pudiendo llegar incluso a
aborrecerlo. Por ello, este tipo de deportes será necesario que se realicen
también en grupo, en escuelas de tenis o atletismo donde pueda aprender y
practicar el ejercicio con otros compañeros.
Debemos tener
en cuenta que al niño no le importará, en un principio, si la actividad es
mejor o peor para su salud, pues aún no es capaz de comprender esto; por ello,
todo lo relacionado con el deporte deberá ser siempre desde la diversión y el
ocio, asegurándonos que nuestro hijo se divierte en el acto deportivo y que no
es una obligación o carga para él. Así, se acostumbrará a que el ejercicio es
sinónimo de diversión y pasarlo bien, y con los años él mismo pedirá contento
practicar algún deporte.
Si nuestro
hijo no presenta ningún problema físico que le exija algún entrenamiento
específico o le aparte de este, la frecuencia con la que realice las
actividades deportivas sólo dependerá de sus ganas y del tiempo libre con el
que cuente, pudiendo llegar incluso a practicarse todos los días.
Hay que tener
en cuenta que el niño está formándose físicamente; su metabolismo cambia,
crece. El deporte, le ayudará también en este ámbito. Su constitución física
será mejor y el metabolismo cambiará más sano, con niños más fuertes y con una
buena salud. Hay que buscar que el deporte que practica se encuentre en el
ámbito de ejercicios cardiovasculares, es decir, que conlleve correr, mover
todo el cuerpo, presentar destreza con las extremidades...
En otro
aspecto, es destacable que el deportista de élite se forma desde pequeño, pues
rara vez un deportista de élite comienza su actividad en la edad adulta; por
ello, de esta manera, con la práctica de ejercicio físico abriremos más puertas
para nuestro hijo en un futuro. Conoceremos su capacidad y actitudes, y
fomentaremos aquello en lo que destaque.
Es posible que encontremos en nuestro hijos
un talento natural para algún deporte y podremos descubrirlo y fomentarlo.
Igual que debemos fomentar sus capacidades artísticas como una sensibilidad
especial para la pintura o para la música, podremos hacerlo con lo deportivo.
Pero, ante
esto, es necesario andar “con pies de plomo” y tener control y marcar unos
límites. Si tan beneficioso es el deporte para nuestros hijos, de igual manera
será una carga y completamente desaconsejable si los forzamos ante su
descontento a practicar algún tipo de deporte. Debe primar por encima de todo
que el niño esté divirtiéndose con el ejercicio físico, que sea para él un
juego. Obsesionarlo o persuadirlo para la práctica de un deporte concreto o la
desmesura de algún otro sólo conseguirá apartarlo de este.
Además, si es
el propio niño el que encuentra en el
deporte su única diversión, también será importante que los padres lo frenen y
le recuerden que hay otras muchas actividades y obligaciones que realizar, como
que no descuide sus estudios o que salga a jugar con sus amigos.
En otro
aspecto, no hay ningún deporte que sea más adecuado para niños que para niñas o
viceversa. Ambos sexos decidirán qué ejercicio les combiene según sus
apetencias y cualidades.
En definitiva,
el deporte será un aliciente idóneo para la eduación de nuestros hijos y para
un crecimiento sano, saludable y divertido.
Ahora que
comienza septiembre, unido al curso escolar, encontraremos un gran número de
deportes y academias en las que podrán comenzar, o continuar, los más pequeños
su tiempo deportivo.
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